por Ignacio Matarán
No es fácil financiar un proyecto a día de hoy, ya sea
arquitectónico, urbanista o simplemente un proyecto de ámbito personal, es por
ello por lo que aquel que quiera iniciar un nuevo objetivo y no disponga de los
medios necesarios (o las subvenciones que hagan falta) debe ingeniarse otros
medios de financiación.
En la búsqueda de estos medios de financiación nació el
termino del Crowdfunding, o como sufragar un proyecto a través de las
aportaciones altruistas de la gente interesada en que el proyecto siga
adelante.
El crowdfunding es un termino ingles cuya traducción literal
sería la de financiación en masa, un concepto resurgido de una manera
exponencial gracias a la globalización surgida gracias a Internet, especialmente
por las redes sociales, una derivación de las donaciones.
Un perfecto ejemplo del crowdfunding viene desde Rotterdam.
En esta ciudad holandesa existió la necesidad de la creación de un puente
urbano que uniera las diferentes ciudades anexas y la periferia de la ciudad,
un gran proyecto a nivel urbanístico que no era factible por el gobierno y la
economía de la época, como muy pronto podría ser realizado tres décadas
después.
La necesidad llevó a pensar, y el pensamiento dio paso al
crowdfunding. Todo ciudadano que quisiera podría hacer, desde una pequeña
donación de 25 euros que costearía un tablón de madera con su nombre en el, o
subvenciones de hasta 1.250 euros para elementos mas grandes. El proyecto ha
seguido gracias a la contribución de 1.300 personas hasta el momento que han
supuesto 150 metros del puente y próximamente será ampliado en 200 metros mas.
Desde entonces, son muchas las soluciones conseguidas con el
crowfunding, como es el caso de UNIA; donde todo euro aportado a un proyecto es
cofinanciado con otro euro.
El crowdfunding es una realidad actual, una realidad que sirve
como posible financiación de proyectos que no podrían realizarse o no tendrían
modo alguna hasta un lejano futuro.
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