A propósito del segundo taller
asociado a la asignatura Monográficos de Proyectos
por José María Romero,
profesor ETS Arquitectura UGR
La arquitectura se puede crear para humanos y para
no humanos. Incluso se puede crear para "las cosas". Introducir
innovación en un proyecto de arquitectura , por este motivo, es relativamente fácil.
Si eliminamos dosis de eurocentrismo, etnocentrismo, antropocentrismo... la
innovación y la adecuación al medio surgen con naturalidad.
Eurocentrismo:
Desde la antigüedad, el Norte ha buscado el paraíso en
el Sur. Sin embargo, a partir del siglo XX la cuestión se invierte, y los
modelos arquitectónicos del norte invaden y colonizan el sur. Los edificios
acristalados miesianos, infinitamente insostenibles en el sur desde el punto de
vista energético, siguen siendo modelos muy presentes en las mentes de nosotros
los arquitectos. Todavía ser moderno es utilizar los materiales de colores brillantes,
reflectantes, refulgentes, transparentes, translúcidos... de esos que vienen de
"otro" lugar, y que no se dejan tocar, y que si reciben el menor
rasguño, pierden todo su valor. Los materiales
y las técnicas constructivas del lugar, la piedra, la madera, la tierra, la
cerámica, la vegetación autóctona..., se desprecian por poco actuales.
Casa Farnsworth,
Plano, Illinois, 1951. Mies van der Rohe
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Etnocentrismo:
En paralelo, la idea pequeño burguesa centroeuropea
de vivir idílicamente rodeados de verde naturaleza, es uno de los imaginarios
dominantes en el sur. Esta otra imagen desconoce la Naturaleza propia meridional,
que una gran parte del año no es verde, sino amarillo-parduzca: es decir, no es
húmeda, sino reseca. La idea desprecia esta naturaleza como de país
subdesarrollado, cuando su ignorancia le impide conocer que es mucho más
biodiversa que la del norte.
Lo mismo les sucede a los ríos de régimen
mediterráneo. La mitad del año no llevan agua en superficie. Por ello son
despreciados y exterminados sin piedad (canalizados, entubados, desviados...), por
la lógica ignorante (o impostora) de los expertos tecnócratas por no llevar
agua. Un río mediterráneo lleva agua incluso en verano, pero en el subsuelo, en
su manto freático. Y como le sucede a
cualquier ecosistema mediterráneo, es mucho más biodiverso que cualquier río de
aguas cristalinas del norte, aunque lo veamos reseco en periodo estival.
Final del invierno de 2013. Barranco Blanco, Coín
(Málaga):
Apenas
seis meses después de gravísimo incendio del final del verano de 2013 en la
Costa del Sol. Una vaguada con vegetación exuberante de encinas, algarrobos y
pinos. Un río con el murmullo fuerte de una cascada. Alta y frondosa vegetación
de ribera.visita con José Manuel Hevilla a Barranco Blanco, inicio del incendio de finales de 2013 en la Costa del Sol |
Viene a la mente la Casa de la Cascada de Wright,
icono de la arquitectura del siglo XX. Humedad, frescor... frente a la dureza
del tiempo cálido y pesado del sur... Sin embargo, ésta está en territorio de
EEUU. Que es el espacio de los pioneros. Del territorio sin fin.
De nuevo etnocentrismo:
La Casa de la Cascada es una arquitectura para un territorio
inexplorado, siempre húmedo y de propiedades privatizadas extensas. Donde la
casa es un refugio para aislarse del mundo. La casa defiende de la sociedad,
como todas las viviendas de Wright. Individualismo a ultranza. Una cultura que
se va infiltrando en Europa que tiene consecuencias territoriales dramáticas. Y
donde la vegetación de porte nunca puede quemarse e incendiar la casa.
Casa de la
Cascada. Fayette, Pensilvania, 1939. Frank Lloyd Wright
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Sin embargo, aquí, en el mediterráneo, el uso del
espacio y del medio es mucho más público, y el único árbol que se puede acercar
a una casa es la áspera y a veces pegajosa higuera. Ésta no se quema, y no
puede trasladar el incendio al interior de una vivienda. Una vivienda en un
bosque mediterráneo debe estar aislada de él, como los tradicionales cortijos
serranos. Pero las funciones eran otras.
Más eurocentrismo:
Los motivos fueron simples. Se importa de Europa un
modelo que no tiene en cuenta que el abeto no es capaz de resistir al fuego, al
contrario de las quecíneas (encina, alcornoque, quejigo...), que resisten
relativamente bien un incendio, al haberse adaptado a su medio: son especies
pirófitas. El pino resinero reforestado es una planta más bien exógena, que
crece rápido y se calcina al instante (arde como un tea). No se habían previsto
las consecuencias. Resultado medio siglo después: más de 8.500 has. calcinadas
en plena Costa del Sol.
Antropocentrismo:
Salvador
Solís, biólogo, en la visita a Barranco Blanco, Coín (Málaga)
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Tras su emocionante alegato, no quedan dudas de que
en lugares de un alto valor medioambiental como el visitado, la arquitectura
también se puede proyectar para "no humanos".
Epílogo:
La aplicación de modelos de manera inconsciente
habitualmente anula lo existente, y lo que es peor, la vida existente. Es la irracionalidad de lo racional. Viene de la lógica que da
prioridad al objeto frente al sujeto; a lo formal frente al proceso que induce
lo formal.
Los habitantes son los que insertan auténtica vida a
los espacios, al medio urbano, al territorio, sean humanos o no humanos. Son los
que hacen que valga la pena proyectar arquitectura e innovar.
Granada, 21/05/2013
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